Karlos Arguiñano se pone muy serio y confiesa: «Tengo bronca»
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La vida de Karlos Arguiñano, a pesar de ser uno de los rostros más conocidos de la pequeña pantalla, sigue siendo un secreto para muchos espectadores. Sin embargo, hace excepciones para puntualizar ciertos aspectos y tenemos una entrevista donde da declaraciones muy suculentas. ¿Qué ha pasado en las últimas horas? Las redes han rescatado unas palabras de Arguiñano que dejan poco a la imaginación. Ya sabemos uno de sus mayores secretos, ahora hay que ver cómo reacciona el gran público.
Karlos Arguiñano está muy enamorado de su mujer, la discreta María Luisa Ameztoy. Nunca ha querido tener demasiado protagonismo, pero acaba de vender una exclusiva en una prestigiosa revista y su nombre está en lo más alto. ¿Cómo le sentará al cocinero compartir protagonismo con Lusi? Está encantado. Siempre han formado un buen equipo, de hecho Karlos asegura que su esposa es el pegamento de su familia y que sin ella los éxitos empresariales del clan no hubieran sido posibles.
Las declaraciones más jugosas de Arguiñano
La entrevista más sincera de Karlos Arguiñano ha visto la luz y con ella uno de los grandes misterios del cocinero. Asegura que tiene buen carácter, pero hay un motivo que le hace ponerse serio: no soporta que el pan de los restaurantes sea malo. Es algo que su hijo, el famoso Joseba Arguiñano, conoce muy bien y respeta al máximo, por eso cuida este producto en los proyectos que hacen juntos. Todos sus hijos lo saben.
“Mi hijo Joseba hace pan. Le dije si no vas a hacer pan bueno no hagas pan. Haz el mejor pan porque el pan es tan importante. Tener un tenedor en la mano y un trozo pan en la otra en la vida. Es importantísimo tener un trozo de pan aquí”, explica. Después ha reconocido que ha llegado a enfadarse mucho por esta razón. Dice que en algunos restaurantes buenos el pan es malo y es algo que no comprende. Para él es un fallo muy grande.
Karlos Arguiñano llega hasta el final
El cocinero ha sido muy claro: “Con lo del pan tengo bronca”. Cree que es un acompañante que debe estar a la altura de la comida. Según su opinión, si no es de buena calidad los platos no lucen tanto. “Hay restaurantes buenos que te ponen pan chungo. Yo no digo nunca nada, pero no como. Yo pan chungo no como. No me jodas es que, joder. Has ido a un restaurante a comerte un buen pescado, una buena carne, una buena sopa, un buen marmitako, pues dame un pan”. También ha hablado del precio de este producto. Está dispuesto a pagar, pero quiere “un buen pan”.
No le importa pagar por el pan
Hay una polémica. Algunos piensan que los restaurantes no deberían cobrar por el pan y otros creen que es lógico. Arguiñano está en este último grupo. Eso sí, exige que tenga calidad. “El pan dámelo bueno. Luego me cobras 1,10, 80 céntimos o lo que quieras, pero dame un trozo de pan bueno, no como una gominola, para comprar gominolas ya voy a la tienda de chuches”. Es algo que le ha dejado muy claro a su hijo Joseba y todos los que le conocen lo saben.